Capuchinos, la pieza que presenta, es un vídeo de 10 minutos y 17 segundos de duración que muestra diferentes escenas grabadas desde antes del amanecer hasta el medio día del 2 de octubre de 2009 en la Plaza de Capuchinos. Estas escenas que se desarrollan en ese único escenario están montadas cronológicamente. En ellas aparecen algunos personajes, algunas acciones. O una sola acción: la de mirar.
“Cada vez que vuelvo a Córdoba procuro visitar la Plaza de los Capuchinos. Es casi un ritual. No tengo que permanecer en ella en plan contemplativo, me basta con un vistazo y confirmar que todavía está. Llevo años queriendo hacer algo pero cada vez me parece que es mejor no tocar. La lectura de un texto de Javier Salazar me sugirió una posible solución: La plaza es un escenario. Allí pasarían cosas y lo que pasara sería grabado en vídeo. Así de simple.
Muchas veces lo más local es lo más universal. La plaza de Capuchinos se ha ido haciendo desde el siglo XVII, no es producto de ningún proyecto, es una decantación lenta de tiempo y vidas, un proceso en el que cada habitante ha ido dejando su poquito de arena. Pues vamos a darle una capita de cal, vamos a mimarla, que si para algo sirve la cultura es para conservar. Otra cosa es el arte y en arte, casi siempre, menos es más”.
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